El tiempo de una curación

¿En cuánto tiempo se puede obtener la curación de Colombia? Esta es una pregunta que interesa o preocupa mucho a los colombianos. ¿Será necesario esperar años o siglos para ver un resultado? ¿Cuánto tiempo habrá que esperar para ver aparecer una reorganización social consecuente?

 

Aquí también, como no hay antecedentes, la respuesta se reduce a conjeturas. Para responder a tal pregunta, es necesario referirse de nuevo a la experiencia disponible, es decir a la del proceso de transformación personal llevado por un individuo.

 

La experiencia del yoga, de la medicina y de los procesos de transformación personal permite pensar que un individuo puede transformarse y recuperar el equilibrio de manera notable, de manera significativa, en un lapso de tiempo de cinco a diez años. Una persona comprometida de manera decidida y asidua en un proceso de transformación adecuadamente conducido puede mostrar resultados notorios y confirmados en un tiempo de este orden. Durante este periodo, la persona ha demostrado que puede salir de su estado de victima permanente, que sabe gestionar su energía, que sabe “recargarse”, que sabe no perderla en situaciones otrora desestabilizantes para ella, que sabe contrarrestar todas las formas de agresiones y que puede demostrar un nuevo equilibrio. Hay que precisar que esta es una duración mínima del trabajo y que hay variaciones individuales que pueden ser mayores. Pero, de todas maneras, son duraciones a escala de una vida. Lo que significa que un individuo que se compromete en un proceso de transformación puede esperar resultados en un plazo razonable, accesible.

 

Hay que señalar, claro está, que la velocidad del proceso de transformación está notablemente influenciada por la determinación, la tenacidad, la perseverancia y la paciencia del individuo comprometido, al igual que por la consciencia que tiene de la meta a alcanzar y del interés que tiene para hacerlo. En este orden de ideas, hay diferencias notorias entre los seres humanos. Cada uno de los humanos tiene sus prioridades y cada uno evoluciona a su ritmo. Si se tiene en cuenta que muchos seres humanos no se sienten apasionados por este proceso de transformación o, en todo caso, no se comprometen de buen grado, es fácil imaginar que una colectividad probablemente evolucionará más lentamente que sus componentes más ardientes.

 

Esta disparidad en las motivaciones y las aptitudes de cada quien permite pensar que se pueden necesitar unos diez a quince años para que una colectividad como Colombia emerja de su estado de víctima y recobre la armonía de manera notable. Nos encontramos todavía en una escala de tiempo razonable, la de una generación.

 

Si una sociedad puede, según toda probabilidad, transformarse en unos quince años, la mayoría de los ciudadanos actuales tienen muchas posibilidades de poder ser los testigos directos de esta transformación, al mismo tiempo que los primeros beneficiarios. Si esta evaluación es valida, si de verdad Colombia puede recobrar su equilibrio y lograr la paz en este lapso de tiempo, esto debería motivar a un gran número de colombianos a lanzarse a esta operación de reorganización social del país. Si efectivamente la Matria de este país puede resucitar en este lapso de tiempo, muchos colombianos se sentirán motivados a participar, por ellos mismos, por su familia y por la nación, al tratamiento colectivo de la enfermedad de su país.

 

En la sociedad colombiana hay personas para las cuales la noción de tiempo es un suplicio: los secuestrados, su familia y sus amigos. Y no querrán oír hablar de plazos de cinco años, y menos de ocho o quince años para una transformación de su situación; es totalmente comprensible. No pueden esperar que Colombia se transforme; es necesario acelerar el proceso. Pero qué se les puede aconsejar a un secuestrado o a sus allegados para reducir estas esperas intolerables, fuera de comprender bien el mecanismo del reequilibrio de las energías y del despertar de la fuerza Yin en ellos mismos y en su familia mediante un trabajo interior como el propuesto en este libro. Esta opción es una realidad. Una realidad poco conocida, cierto, pero representa una vía no violenta para salir del problema y un sistema de fuerza al cual el adversario no puede resistirse si la fuerza Yin alcanza el umbral necesario.