Datos simbólicos

Por el contrario, si uno se dirige a otra fuente de informaciones, al pensamiento analógico, mítico, simbólico, se observa que, de una manera u otra, este nos aporta informaciones sobre el origen de la penuria del Yin en el ser humano. Se observa que estas informaciones concuerdan, que hay un tipo de fondo común de conocimiento o de sabiduría que nos da la clave de este fenómeno y nos permite progresar hacia la solución de este desequilibrio y entreverla. Este pensamiento analógico es transmitido por los textos sagrados, los mitos, los cuentos, los símbolos. ¿Qué nos dicen?

 

1. Los cuentos de hadas

Los cuentos de hadas sirven, como los textos sagrados, para informar sobre las profundidades del ser. Cuando hablan del principio femenino, del polo Yin del ser, hablan de La Bella.

 

La pregunta que nos hacemos puede formularse así: ¿por qué duerme Blanca Nieves? ¿Por qué duerme La Bella durmiente? La respuesta es idéntica en ambos casos: por maleficio. Fueron objeto de un hechizo, de una maldición. La una cayó en la trampa de la manzana envenenada, la otra fue víctima de un hechizo que sólo se cumplirá cuando La Bella tenga sus quince años (la edad del final de la infancia, la edad del final del periodo matrístico, Yin, al comienzo del periodo adulto, patrístico, Yang). La Bella está entonces inactivada artificialmente. Si Blanca Nieves y La Bella duermen, es, según los cuentos, por maleficio, es por la acción, la agresión de una « bruja ».

 

Hay que cuidarse, claro está, de tomar esta información al pie de la letra. Lo que los cuentos nos transmiten, son símbolos, informaciones simbólicas, del orden de la subjetividad. En ningún caso se podrían interpretar estos datos simbólicos como si se refirieran a hechos reales, no se podría imaginar que estas informaciones correspondan a hechos reales o supuestos de nuestra vida cotidiana o a cualquier acto de magia popular. Esto sería un grave error de interpretación. Lo que sobresale de esta información es la confirmación de lo que decíamos más arriba: el sueño de La Bella aparece como artificial y, por lo tanto, de una duración indefinida.  Así, La Bella no se va a despertar sola. 

 

También observaremos que este maleficio no conduce nunca verdaderamente a la muerte. Ya lo dijimos: La Bella puede estar dormida pero no muerta; el hechizo que debía matar a La Bella durmiente fue atenuado y transformado en un sueño profundo,  la « muerte » de Blanca Nieves es relativa porque su cuerpo no se descompone, no es una muerte « verdadera », sólo es un sueño artificial muy profundo. El Yin no puede desaparecer de nuestra realidad ordinaria, solamente puede ser desactivado, reducido al mínimo y bloqueado. Incluso en el desequilibrio YANG/yin más pronunciado, el (1)Yin no desaparece, está dormido. Es una constante: La Bella siempre dispone de una protección, siempre hay un hada madrina que la cuida. En la Biblia, Job se beneficia de la misma protección[1]: cuando Satán le propone a Dios poner a su servidor a prueba, Dios no lo autoriza a atentar contra su vida, sino solamente contra sus bienes y su salud.

 

En la época de Internet, se podría proponer una imagen que ayudaría a situar el problema en un contexto más accesible. Si comparamos el ser humano con un computador particularmente evolucionado y complejo, podríamos decir que disponemos de dos programas (software) para organizar, dirigir y regular nuestros comportamientos: un programa Yang que maneja los comportamientos masculinos (se le vería, por ejemplo, más del lado derecho del cuerpo) y un programa Yin que maneja los femeninos (lado izquierdo). Lo que acabamos de decir en términos simbólicos puede traducirse a términos informáticos: hay un virus en nuestro programa Yin. Por lo tanto, está desorganizado. No funciona. Estamos reducidos a manejar nuestras vidas con el único sistema que nos queda: nuestro programa Yang. Esto, por supuesto, sólo puede producir comportamientos Yang.

 

Un virus en un computador es algo muy discreto pero particularmente nocivo. Un hechizo, una maldición son de la misma naturaleza: son informaciones tóxicas que desorganizan el sistema en el cual son introducidos o en el cual se introducen. En lo que se refiere a nuestros computadores, en general estamos bien atentos a no dejarnos parasitar por un virus, todos hemos instalado un programa anti-virus. Llamamos a un técnico si vemos una anomalía de funcionamiento de nuestro computador. Sabemos que en la Red, en Internet, hay hackers, piratas informáticos, que son capaces de penetrar nuestra informática y nuestras organizaciones para lesionarlas. Pero aun no hemos integrado que sucede lo mismo con « la informática humana ». Nuestra realidad ordinaria se entendería mejor si admitiéramos que funcionamos como computadores, que somos programables y estamos mal programados, que disponemos de dos grandes programas que tienen bajo su dependencia dos grandes grupos de funciones, las funciones Yang y las funciones Yin; pero nuestro programa Yin está defectuoso, bloqueado, es poco funcional. Parece que sucede lo mismo para una sociedad: sus funciones de tipo femenino, Yin, pueden estar deficientes debido a daños de su programa Yin. Esta sociedad compensará su impotencia Yin con un hiperfuncionamiento Yang.

Esta idea de dos programas y de la posibilidad de virus podría ser estudiada en medicina, en psicología y en sociología; parece existir una pista para explicar ciertos fenómenos, ciertos comportamientos humanos que aún no comprendemos. Todos los que están dedicados a ayudar a la gente a encontrar un funcionamiento normal están confrontados con problemas a veces extraños de bloqueo, de informaciones perversas, de recurrencia de los comportamientos y deberían saber resolverlos.  

 

2. Los textos sagrados

Se encuentra otro elemento de respuesta a la pregunta sobre la etiología de esta hemiplejía energética en la Biblia, más precisamente en el Apocalipsis de San Juan (XII, 6) (XII, 13-17), en donde el autor, antes de describir el reino de la Bestia, dice: « El dragón se paró ante la mujer que iba a parir, con el fin de devorar su hijo cuando hubiera parido...Y la mujer escapa al desierto donde tenía un lugar preparado por Dios para ser alimentada durante mil doscientos sesenta días. » La mujer es agredida pero es protegida y se encuentra en el desierto.

 

El discípulo Juan nos da una clave: se trataría aquí también de una agresión. El Dragón, para instaurar el reino de la Bestia, debe expulsar a la mujer al desierto, debe hacerla no funcional. Se propone matarla, pero, una vez más, la mujer puede escapar de la muerte; se refugia en el desierto. Uno podría sorprenderse de que el Dragón no pueda ir también al desierto para finalizar su proyecto.

 

En otras palabras, nos indica el procedimiento que se utiliza para hacer de un país, de una empresa o de un individuo, una fuente de sufrimiento, de guerra y de destrucción, de alguna manera el reino de una Bestia: basta con bloquear el principio femenino en ellos, con inactivarlo, con reducir la energía Yin al sueño, con expulsarla al desierto. Automáticamente se creará un exceso de lo masculino, un excedente de Yang con su cortejo de exceso de competencia, de exclusión y de apropiación. Naturalmente, aparecerán la guerra y la destrucción.

 

Hace dos mil años, San Juan escribía su visión del reino de la Bestia. Describía lo que vivimos actualmente, este mundo al revés, amenazado por la autodestrucción. Algunos intérpretes del Apocalipsis muestran cómo ese texto es premonitorio y cuánto describe las características de la civilización actual al final de la « Edad de Hierro ». A través de lo que describía se puede ver, de cierta manera, la situación de Colombia, dónde, aparentemente, la Bestia plantó sus garras en todas partes: la apropiación de la tierra, la corrupción, la "traición de los clérigos", las "élites" que no diferencian entre "servir" y "servirse", la búsqueda de paraísos artificiales y la barbarie cotidiana.

 

Pero la Mujer del Apocalipsis no murió, se refugió en el desierto, está inactivada, pero viva y susceptible de salir de ese desierto.

 

3. Los mitos

El mito de Orfeo también representa el principio femenino, Euridice, en el infierno y, aquí también, por la acción del "Dragón", en forma de una víbora que la muerde; le corresponde a Orfeo sacarla de su aniquilamiento. La heroína, Euridice, en esta oportunidad, está muerta y, sin embargo, una vez más, está autorizada a salir de los infiernos y recobrar la vida. En realidad ella sólo está no funcional. 

 

Recientemente un cuento de magos pone en escena al héroe actual, Harry Potter[2], quien, también es (aparentemente) reducido a la impotencia: es confinado en el armario de las escobas, debajo de la escalera, por su tío y su tía quienes temen, en el mayor grado, que se afirmen en él sus aptitudes mágicas (Yin). Ellos son, por supuesto, la personificación de la Bestia, representan el abuso de poder, el exceso de Yang, la imposibilidad para el pensamiento racional de comprender y admitir el pensamiento simbólico y su complementariedad. Harry Potter, paciente, espera su hora y se va a liberar y afirmarse poco a poco, poniendo en marcha progresivamente sus poderes mágicos como alumno de una escuela de magia.

 

[1] Job I,12 ; II, 6

[2] ROWLING J.K. Harry Potter y la piedra filosofal. Emecé Editores, Barcelona, 2000.