Reglas del trabajo en grupo

El objetivo del trabajo en grupo es unir fuerzas, operar una conjunción de las fuerzas de cada uno para alcanzar, juntos, una meta que probablemente no se lograría solo. Pero en un grupo, cada uno está solo. Cada uno se mantiene de pie solo. No se entra a un grupo para apoyarse en los otros, ni para lograr algo de ellos. Se entra para actuar en común, para enriquecer un sistema. Se entra para servir y no para servirse de él.

 

Uno de los principales obstáculos para el buen funcionamiento de los grupos es la familiaridad. La familiaridad es una forma de promiscuidad que abre la puerta a la falta de respeto. Y el respeto es la condición fundamental para relaciones interhumanas válidas. Un grupo bien conformado dispone de mecanismos inmunitarios que eliminan a los intrusos, quienes compensan su propia penuria aprovechándose de los otros y manipulándolos. Por el contrario, si hay respeto, si el grupo trabaja « como un solo hombre », entonces el sistema se enriquece y enriquece a cada uno de sus miembros.

 

En un grupo cada quien es libre. Los grupos constituidos con el objetivo de practicar el Japa de OM están destinados a favorecer la liberación colectiva y la de cada uno de sus miembros. La energía que se libera favorece el crecimiento y la madurez de cada uno y, por lo tanto, la autonomía, la responsabilidad y la libertad de cada uno. Cada quien es libre de entrar en un grupo de este tipo, así como de salir. Esta libertad se acompaña de deberes, entre otros el de retirarse con dignidad si, por una razón u otra, uno es conducido a tomar distancia del grupo.