La respiración

La respiración es una función fisiológica fundamental que posee esta propiedad original de ser la única de todo el organismo que es, a la vez, dependiente e independiente de nuestra voluntad, consciente e inconsciente. Yo puedo prestar atención a mi respiración, ser consciente de ella y modificarla a voluntad. Pero si dejo de prestar atención, sigo respirando, un automatismo inconsciente toma el control. Esta posición de puente entre el consciente y el inconsciente es conocida por todos los místicos y es aprovechada por ellos para la exploración y el control del inconsciente, y para establecer un contacto entre los dos. El consciente no puede controlar directamente al inconsciente pero, por el juego de la respiración, lo puede hacer indirectamente. Puede obtener cambios profundos. Por este motivo los yogis y los místicos de todas las tradiciones le prestan tanta atención y es por esto que el término espiritualidad tiene la misma raíz que la palabra respiración.

 

Todos somos sub-respiradores crónicos: nunca, o casi nunca, vaciamos por completo los pulmones. De la misma manera, nunca, o casi nunca, los llenamos completamente, no renovamos el aire de los pulmones. ¿Se acuerda de la última vez que usted hizo conscientemente tres inspiraciones y tres espiraciones completas sucesivas?

 

En medicina, se llama capacidad residual a la diferencia entre el volumen pulmonar total utilizable y el volumen corriente utilizado en nuestras actividades (sedentarias, para la mayoría de nosotros). Si no se le llamó capacidad restante, tal vez fue por insistir sobre los residuos que no pueden faltar y que deberíamos tener cuidado en eliminar periódicamente, prestando atención a nuestra respiración. Los pulmones son, como el hígado, los intestinos, el riñón y la piel, emuntorios, es decir, órganos encargados de eliminar los desechos del organismo. Aunque sólo fuera por cumplir plenamente con esta función de purificación y de dinamización del cuerpo, tendríamos interés en prestar atención a nuestra respiración y a practicar ejercicios de concentración sobre la respiración.

La concentración sobre la respiración es una práctica muy simple pero exigente. Se trata solamente de prestar atención a lo que se está haciendo, de extraerse de las distracciones exteriores para prestar toda la atención a lo que ocurre cuando se respira: el murmullo del aire que penetra a los pulmones, los movimientos de la caja torácica, la sensación de bienestar que acompaña a la oxigenación del cuerpo… Esto puede hacerse sin cambiar necesariamente el ritmo ni siquiera la amplitud. Se debe hacer respetando su propio ritmo, y siempre por la nariz, tanto en la inspiración como en la espiración. Se intentará no hacer ruido al respirar. Se hará un esfuerzo por vigilar la ductilidad de las transiciones entre inspiración y espiración, evitando las sacudidas, sobre todo si también se practican retenciones de aire. Una sesión de respiración no debería durar menos de quince minutos (con reloj en mano).

 

La respiración produce así efectos físicos extremadamente apreciables, en términos de dinamización, de purificación y de pacificación, que justificarían por sí solos una atención particular. A esto se agrega que, como simple soporte de concentración, nos permite acercarnos a nuestro propio Centro, dar un paso hacia nuestro Maestro Interior y contribuye así, de manera agradable, al despertar de la fuerza Yin en nosotros y en nuestro reequilibrio.

 

Sin embargo, siempre hay que cuidarse de los excesos. En esta disciplina del Yoga que se interesa particularmente en la respiración (el Pranayama) existen diferentes modalidades de respiración que generan sus propios efectos, pero que sólo pueden ser llevadas muy lejos bajo la vigilancia de un maestro experimentado. En caso contrario, dada la eficacia de estos métodos, pueden ocurrir accidentes.

 

Otra práctica clásica del Yoga, a veces asociada a los ejercicios de respiración es la concentración sobre la repetición de un mantra.