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La elección

La curación de la humanidad es posible. Los seres humanos tienen a su disposición elementos teóricos (observación, diagnóstico, etiología, medios de tratamiento) y elementos prácticos para obtenerla.

 

Sin embargo, esto no significa que la curación esté asegurada. Esta curación de la humanidad, como lo hemos visto a lo largo de este libro, supone ciertas condiciones que recapitulamos en forma de conclusión:

 

1. La curación de la humanidad depende de la realización de un cambio-metamorfosis, y pusimos en evidencia que hay varias maneras de considerarla:

 

  1. Una primera manera de cambiar verdaderamente la situación consiste en plantear correctamente el problema antes de intentar resolverlo. Esto supone establecer un diagnóstico preciso, exacto y realista y respetar una metodología rigurosa. Si los seres humanos comprenden la importancia de esta etapa y se ponen de acuerdo sobre el diagnóstico de la enfermedad de su sociedad, con seguridad esto sería la base para un cambio real. 
  2. La segunda forma de generar un cambio total reside en el aumento cuantitativo y cualitativo del nivel de energía de Colombia. No repetiremos nunca demasiado la evidencia de que se vive mejor con energía que sin ella y que un sistema desequilibrado energéticamente no puede funcionar correctamente, no puede ser justo ni feliz, aunque lo desee con todas sus fuerzas. Está claro que también, a la inversa, si se positiva el balance energético cuantitativo de un sistema vivo, este va poder, por fin y naturalmente, cambiar y reorganizarse y que si se reequilibra el balance cualitativo del sistema, este va a armonizar su funcionamiento al equilibrar, ajustar y unir sus valores y comportamientos femeninos y masculinos.
  3. La tercera manera de generar un cambio radical se basa en la comprensión y el pleno uso de la Fuerza Yin, femenina, de La Bella, auténtica fuerza de transformación, a primera vista paradójica pero, en realidad, contra-poder potente y exacto de los excesos de fuerza masculina.

 

2. La curación de la humanidad se basa en la transformación personal de un número suficiente de seres humanos.

 

Esta transformación personal de cada quien depende de

 

  1. El crecimiento de la Energía mediante una práctica cotidiana de contacto con el Maestro Interior,
  2. La aceptación de la exigencia y de la severidad de una transformación real, en particular en lo que se refiere a la aptitud para el cuestionamiento profundo y la comprensión de la parábola de « la paja y la viga»,
  3. La determinación, la paciencia y la perseverancia,
  4. La aceptación de los esfuerzos y combates necesarios.

 

3. La curación de la humanidad pasa por la elaboración de una red fuerte e influyente, generadora de un control ascendente real y eficaz sobre las autoridades legítimas e ilegítimas, de una red regeneradora de una matria potente y perfectamente funcional. La red actual es débil e impotente, no da la talla. Mediante la transformación personal y el crecimiento en Energía de todos los miembros de la red que quieren el cambio, la red ganará cada vez más fuerza y generará la autoridad del pueblo y su respeto legítimo. Eso es el matriotismo

 

Nada asegura que todas estas condiciones se reunirán y que la curación ocurrirá. Todo esto, en definitiva, depende de una elección que harán o no harán los seres humanos.

 

Los seres humanos pueden escoger entre ser víctimas o ser libres; pueden escoger entre ser esclavos o ser Maestros; pueden escoger entre la espera beata de un Salvador o tomar las riendas de su destino mediante el esfuerzo y el combate bien dirigidos; pueden escoger entre el desequilibrio energético o el equilibrio, entre el enfrentamiento o la complementariedad; pueden escoger entre ser dependientes inmaduros o adultos autónomos; pueden escoger entre una Edad de hierro y una Edad de Oro. La humanidad se encuentra ante una necesidad enorme de cambio, de transformación, de metamorfosis. Ya no se trata para ella de eliminar a nadie ni nada. Se trata de transformar a la sociedad humana transformándose a si-mismo. 

 

¿Qué elección harán los seres humanos? Yo apuesto, pero, más profundamente, yo creo que harán la mejor. La del matriotismo


 

 

 

Pero muchos llamarán severo… a aquel que golpea siempre en la cima del alma y espera.

Alain[1]

 

[1] Emile Chartier, dice Alain (1868-1951), filósofo y escritor francés.