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El balance de energía

La gestión de cualquier patrimonio (financiero, ganadero, inmobiliario...) supone que se preste atención a tres elementos: las entradas, las salidas y el rendimiento. La gestión de la energía se basa en los mismos principios. También se trata de estudiar si las entradas son suficientes y de buena calidad, si las salidas son normales y no excesivas, y finalmente si su rendimiento es bueno.

Para hacer positivo el balance de energía, se deben aumentar las entradas de energía, lo cual, idealmente, se obtiene mediante conexión a una buena fuente de energía. También se logra al poner fin a las salidas anormales, representadas esencialmente por estas dos patologías societales que son « los vampiros[1] » y « las sirenas[2] ». Y se completa al mejorar el rendimiento de la energía disponible (este tema se refiere a lo que se puede llamar « la disolución del karma »; el karma se entiende como el conjunto de las informaciones y programaciones presentes en el sistema, en relación con su pasado y que condicionan ineluctablemente su presente y su futuro). Cada uno de estos tres puntos podría ser objeto de un libro. Volveremos más adelante con más detalle sobre estas tres ramas de la gestión de la energía.

[1] Cf. p. 30.

[2] Se trata el tema de “las sirenas” p. 167.