¿En qué consiste el Plan Matriota?

Consiste en hacer que una colectividad, en este caso la sociedad colombiana, a imagen de lo que puede realizar un individuo aislado, despierte en ella una fuerza de transformación importante al retomar el contacto, de manera concreta, con su propia Esencia, con su Centro, con su Maestro Interior.

 

Se trata de que la sociedad colombiana se obsequie el beso del Príncipe, no de manera alegórica sino de forma bien real y se disponga entonces a recibir en la práctica, en su estructura, energías nuevas, para operar por fin los cambios necesarios e informaciones nuevas para obtener la reorganización social de la cual necesita absolutamente. Por tanto, es necesario que esta sociedad encuentre los apoyos necesarios para recibir estas energías y estas informaciones.

 

Estos apoyos naturales son, como lo decíamos, todos los individuos voluntarios que se prestan a esta función mediante un trabajo personal, todos los guerreros que han comprendido la situación y los desafíos y que quieren hacer parte de la solución, no en aspiraciones, en votos piadosos ni en palabras, sino en actos, en actos repetidos, sobre la base de una determinación sin fallas y de una voluntad firme.

 

Pero la reorganización social de una colectividad no pasa sólo por la participación de los individuos que la componen, pasa también por la de sus cuerpos constituidos, de sus instituciones, de sus organizaciones, de su gobierno, de sus asociaciones, de sus sistemas religiosos, políticos o económicos. Si el plan es un proyecto de reorganización social, habría que esperar que todas las instancias sociales, los órganos de la sociedad que desean esta reorganización, trabajen también en el mismo sentido. Dada la inercia de las organizaciones, se puede suponer (aunque no se puede generalizar) que su participación en tal proyecto será más tardía. Pero, si algunos individuos encuentran totalmente normal lanzarse al cambio, a una transformación en profundidad, si se hacen sobre bases coherentes, no se entendería bien por qué grupos de individuos, asociaciones u organizaciones no se propondrían el mismo objetivo. Y particularmente, hay que precisarlo, los grupos religiosos, para los cuales estos son la primera y legítima ambición y el deber.

 

En la práctica, el Plan Matriota recoge la Fuerza Yin de los individuos y de los grupos que lo componen. Supone un trabajo individual y un trabajo de grupo. Hace algunos años, durante una entrevista televisada, un periodista bien conocido le hacía una pregunta importante al arzobispo de París, Mgr Marty: « ¿Qué es más importante, la oración individual o la oración colectiva? » Después de un pequeño tiempo de reflexión, el religioso respondió con esta frase concisa: « La una nutre a la otra ». En muy pocas palabras, evocaba una realidad importante: el despertar del Yin individual favorece el despertar del Yin colectivo que favorece el despertar del Yin individual… Ponía el acento tanto en la necesidad del trabajo personal como en el trabajo en grupo. Es claro que todos los que tienen una experiencia del trabajo en grupo confirmarán esta información: se llega a hacer en grupo cosas que uno no llegaría a hacer solo. Así, y esto parece una paradoja, al someterse a la exigencia del trabajo en grupo, se gana en libertad y en responsabilidad. Por este motivo, el trabajo en grupo es un componente importante del Plan Matriota. Si el trabajo individual se apoya en la infusión de la fuerza del Mantra Universal, se puede imaginar que se formarán grupos, cuyo objetivo será la repetición en común del Mantra Universal, para la infusión de su Fuerza en un soporte más amplio, más masivo y más sólido, el grupo, que el del individuo aislado.

  

Los grupos, en la medida en que son dirigidos adecuadamente, en la medida en que se dedican a una obra sana, coherente, positiva, pueden producir resultados que no se obtendrán nunca de los individuos aislados.

 

El Plan Matriota no será posible sin la constitución de grupos decididos a trabajar en el sentido del contacto con el Maestro Interior o sin la participación de grupos ya constituidos que, al considerar válido el desafío, decidan emplear su energía en este sentido. De la misma manera que un individuo se autodetermina en función de los acontecimientos que atraviesa, cada grupo también tiene la posibilidad de autodeterminarse en función de la situación y de las oportunidades que encuentra. Ya existen grupos, algunos con medios financieros considerables que pueden decidir emplear sus energías para servir, con fuerza, a una causa válida. A este plan se convocan las iglesias de todas las confesiones, las instituciones de toda naturaleza, las universidades, las asociaciones, las compañías, las empresas, etc. Al igual que en la Edad Media había confraternidades de constructores, de albañiles, de carpinteros, de talladores de piedra que unían y coordinaban sus fuerzas para realizar una obra colectiva, se vería muy bien que grupos se dedicaran a reconstruir el país. Incluso se puede imaginar una Unión Matriótica que sería, no  un partido, ni un sindicato, sino una organización informal, la de todos los individuos y todos los grupos que, al adoptar las propuestas del Plan Matriota, se dedicarían a la transformación de Colombia a través de la resurrección de su Matria.

 

De todas maneras, parece importante que una colectividad, que los individuos, que los grupos se pongan de acuerdo, como una orquesta, sobre una frecuencia común. Si la meta es realizar una unión, un tejido conectivo, se deberá convenir en un punto de unidad, de unificación, de una frecuencia común. Se habrá comprendido que el Sonido OM cumple perfectamente con esta función y es el instrumento básico del Plan Matriota.

 

El Plan Matriota es para Colombia la administración del tratamiento de su hemiplejía y responde a los objetivos definidos atrás, los cuales vale la pena recordar: normalización de la fuerza de Vida de Colombia (desaparición de la penuria), retorno al equilibrio energético (desaparición de la penuria de Yin), cambio-metamorfosis, tratamiento etiológico, funcionamiento natural, creación de una red fuerte, emergencia de la fuerza, de la inteligencia y de la creatividad colectivas, posibilidad de un control ascendente real y eficiente.