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Introducción - Datos simbólicos

Hasta aquí hemos respetado las etapas del proceso médico. El problema está bien planteado: tenemos nuestro diagnóstico: hemiplejía energética Yin. También determinamos la etiología de la enfermedad: sabemos que se trata de un sueño artificial del Yin, por maldición. La siguiente etapa, también fundamental, es el tratamiento de esta enfermedad.

 

En un primer tiempo tendremos que definir las bases teóricas de este tratamiento. Después, a partir de estos elementos teóricos, abordaremos los datos prácticos de su aplicación.

 

Las bases teóricas del tratamiento giran alrededor de la pregunta:

 

¿Cómo se despierta a una Bella?

 

¿Cómo despertar el Yin de un sistema vivo? ¿Cómo reequilibrar la energía de un individuo, la energía de una colectividad, de una sociedad? ¿Cómo se despierta a La Bella? ¿De qué datos disponemos para responder a esta pregunta fundamental?

 

Si se admite la adecuación y la validez del pensamiento simbólico para la comprensión de las realidades sutiles y profundas como las que tienen que ver con la vida, con el funcionamiento y con la energía de los seres vivos, se considerará legítimo, después de haberlos utilizado para la determinación de la etiología, recurrir de nuevo a los símbolos para poner en evidencia el tratamiento. De todas formas, el pensamiento racional, al igual que en la etapa precedente, tampoco nos sirve. Estamos entonces plenamente autorizados para volver a, o permanecer en, este registro simbólico, analógico.

Además, de la manera como el problema está planteado, es decir esencialmente de forma simbólica (una Bella que duerme) no era difícil adivinar la continuación y ya hace tiempo que la respuesta llegó para la mayoría de los lectores, procedente del fondo común de conocimiento y sabiduría de la humanidad: es el Príncipe quien despierta a La Bella al darle un beso[1]. Todos sabemos que, en los cuentos, es el beso del Príncipe el que despierta a Blanca Nieves, que también es el que despierta a La Bella durmiente. Nos acordamos, en los mitos, la intervención de Orfeo para la salida de los infiernos de su prometida Euridice. También se sabe, por los textos sagrados, que Cristo vino a la Tierra, a este « infierno », para el despertar y la redención de la humanidad.

 

Es el beso de un Príncipe el que despierta a La Bella. Aquí está la solución. Aquí está la respuesta a esta pregunta fundamental. Aquí está la información de base. Ahora debemos, para explicar y comprender esta información, pasar del lenguaje simbólico al lenguaje racional. La etapa siguiente de este proceso lógico que seguiremos es la interpretación de estas dos informaciones. ¿Qué significa para nosotros el Príncipe? ¿Para nosotros como individuos, para nosotros como colectividad? ¿Y qué es, para nosotros, el beso del Príncipe?

[1] Según el cuento La Bella durmiente de los hermanos Grimm.