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El despertar de la fuerza Yin optimiza la fuerza Yang

« ¿Cómo llegar al corazón de los violentos? » Esta es una pregunta que se hace con frecuencia. Este interrogante supone que el problema de Colombia está del lado de los violentos y que la terapéutica se aplica a ellos. Todo lo que hemos visto hasta el momento nos demuestra que no es así. La intervención debe tener lugar sobre La Bella y no sobre la Bestia. Sin embargo, vimos que el despertar de la fuerza Yin conduce, por influencia, por infiltración, a la transformación del corazón de los violentos.

 

Y puesto que nos estamos refiriendo a los violentos, es conveniente precisar este punto fundamental: el despertar del Yin optimiza el Yang. El despertar del Yin no altera el Yang, por el contrario lo mejora, al liberarlo (liberarnos) de sus excesos.

 

Muchas personas, adeptas a « la manera fuerte », es decir al uso de la fuerza militar, de la fuerza Yang, de la eliminación del adversario (prisión o muerte) pueden tener una visión falsa de la política de despertar de La Bella. Pueden pensar que esta política implica la renuncia a la política de enfrentamiento y de eliminación que ya está en curso. Es completamente inexacto. Y para comprender bien este punto importante es conveniente aportar aquí algunas precisiones.

 

La política Yang, tal y como está puesta en marcha actualmente en Colombia, se caracteriza por cierta eficacia pero también por una brutalidad notoria y una nocividad indudable. Los « errores » no faltan, sus efectos secundarios se traducen en muertes, injusticias, destrucciones absolutamente indeseables y no deseadas. El uso de la fuerza Yang (militar) para la liberación de los rehenes de las guerrillas les hace correr un riesgo muy grande. Sus familias no se hacen ilusiones y, con frecuencia, se oponen totalmente.  A menudo, la política Yang sólo puede ser, no lo olvidemos, una política hiper Yang, desequilibrada, excesiva, dado el exceso crónico de este polo de la energía. Henry de Montherlant decía: « No hay el poder, solo hay el abuso de poder, nada más. » Igualmente, no existe la fuerza, existe el abuso de la fuerza y nada más. El riesgo del abuso de la fuerza Yang, a pesar de todas las precauciones que se puedan tomar, a pesar de las barreras que se puedan instalar, es permanente. Y el abuso del poder es la realidad cotidiana del pueblo colombiano. El pueblo se vuelve en contra del poder.

Hay una relación inversa entre la brutalidad y la eficacia: entre más brutal es un sistema, menos eficaz es. Los seres fuertes, por el contrario, pueden y saben ser suaves, mientras que los seres débiles serán brutales. La brutalidad es un signo de debilidad. « La maldad es el éxito de los fracasados[1] ».

 

Los maestros en Artes Marciales también son guerreros. También utilizan armas. Pero sus golpes de espada son exactos. Sus golpes de espada son milimétricos, de una eficacia total y sin efectos secundarios. Podrían ser excelentes cirujanos. De ellos, no se puede decir que sean brutales, aunque sus golpes sean implacables. Pero su fuerza es patente. Su « secreto »: el equilibrio Yin/Yang. A través de todas sus prácticas, a través de su purificación, la de su técnica pero, sobre todo, de su personalidad, gracias a la práctica de la concentración y de la búsqueda del equilibrio, despertaron su fuerza Yin y transformaron su violencia en fuerza y su debilidad en suavidad. Tienen el respaldo del pueblo.

 

El despertar del Yin optimiza el Yang. El Yang es necesario, tanto como el Yin. Pregonar el despertar del Yin no significa renunciar a une política Yang, sino trabajar en su optimización. Entre los violentos, algunos se transformarán, algunos comprenderán y se someterán a algún plan de reconversión (el término conversión es particularmente conveniente). Pero no todos. Con certeza, no todos. No hay que soñar, no hay que ser ingenuo. Y, en este caso, el « tratamiento » de estos inconvertibles sólo puede ser Yang.

 

Agreguemos que una de las características de la guerra de guerrilla es la infiltración. La guerrilla se infiltra en la sociedad y, en determinados momentos, sin que se le haya visto llegar, asesta sus golpes fatales. Es un procedimiento Yin puesto al servicio de una causa hiper Yang. Le corresponde a las Fuerzas Armadas desarrollar también este modo de acción Yin (ya lo hacen; la Inteligencia, las investigaciones se basan en este trabajo subterráneo, invisible, en redes) si quieren poder infiltrar algún día la jungla (o la sociedad) para capturar o eliminar, por fin, las cabezas de la guerrilla.

 

El Plan Patriota (Yang) debe completarse, evidentemente, con un Plan Matriota (Yin) si se quiere que sea eficaz a menores costos. Y por costos, infortunadamente, hay que entender: muertes, sufrimientos, destrucciones, desolaciones, costos económicos, etc.

[1] Según Gustave Thibon, filósofo francés (1903-2001)