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Los paramilitares

Los paramilitares aparecieron en reacción a las brutalidades de las guerrillas. Ellos también son modelos de « hemiplejía energética Yin ». Están igual de desequilibrados que los que pretenden eliminar. Su problema es estar persuadidos, al igual que los que los financian que la única solución al problema de las guerrillas es la eliminación física de los guerrilleros. Su hemiplejía no les permite concebir que se pudieran transformar. Tienen razón en un punto: se puede pensar, en efecto, que algunos guerrilleros, por motivos que sería muy interesante profundizar, nunca se transformarán, nunca se « convertirán ». En este caso, si son eliminados, legalmente, por la sociedad (prisión o muerte) o ilegalmente, por los paramilitares, no se deben sorprender ni quejar. Pero es difícil pretender que de los cerca de veinte mil combatientes de las guerrillas, no haya una gran mayoría que desee o esté en posibilidad de transformarse. Muchos de estos combatientes sólo se encuentran allí por razones circunstanciales y sólo esperan algunas oportunidades para cambiar de situación. Los paramilitares y aquellos que los sostienen se equivocan en pensar que se puede solucionar el problema de las guerrillas exclusivamente con su eliminación.

 

Por cierto, la actualidad de estos últimos tiempos es la desmovilización de los paramilitares. Este proceso suscita dificultades considerables en todos los órdenes. Las medidas que se consideran para lograrlo entran en el marco: « Verdad, justicia y reparación ». A estas tres palabras fundamentales, sería necesario agregar una cuarta: « Transformación ». El proverbio lo dice: « Vaca ladrona no olvida el portillo ». ¿Cómo es posible creer que personas que se han habituado con tanta frecuencia a atravesar la barrera del respeto, de la humanidad y de la legalidad no lo harán de nuevo, cuando en su nueva situación se presenten problemas difíciles (de empleo, de seguridad…)? Los campesinos saben bien que un perro que ha mordido ovejas o reses, un perro que ha probado el sabor de la sangre, morderá de nuevo y este perro siempre es eliminado. ¿Cómo imaginar que personas que han conocido con frecuencia el sabor de la sangre no representarán de nuevo un peligro para la sociedad, si esta los reinserta en su seno sin transformación? Una sociedad confrontada a este tipo de problemas debe considerar seriamente el despertar de su propio Yin, y el de sus paramilitares, de una forma u otra, para no recaer sin cesar en las mismas encrucijadas.

 

Es lo que ocurre, por cierto, con los servicios del estado como el DAS[1] que deben mantener relaciones con los paramilitares, desmovilizados o no. En la medida en que los paramilitares ya no son los enemigos declarados que deben ser eliminados a la manera Yang, ya no existe esta distancia con el enemigo, este tipo de « no man’s land [2]» entre ellos y los servicios del estado. Se crea un tipo de familiaridad con los « antiguos » paramilitares. Y como estos servicios no tienen fuerza Yin, no solamente no pueden obtener una transformación de sus antiguos adversarios, sino que tampoco pueden defenderse de la contaminación hiper Yang que estos antiguos adversarios seguirán generando entre sus miembros. Puesto que el Presidente y los dirigentes, generalmente, también tienen un retardo de Yin, no serán ellos los que podrán oponerse a este juego de fuerzas, ni siquiera detectarlo a tiempo.  Si una situación no se gestiona del modo Yang fuerte, debe serlo con el modo Yin fuerte. Si los paramilitares no se eliminan, deben ser transformados. Antes de lanzar una operación de este tipo, el gobierno y la sociedad deben asegurarse de que disponen de los recursos suficientes de energía Yin para no ser atrapados por fuerzas que no podrán controlar.

 

[1] DAS: Departamento Administrativo de Seguridad

[2] No man’s land: tierra de nadie; expresión inglesa para designar esta zona neutral y desocupada entre dos frentes de batalla.