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El fundamentalismo religioso

 

 El optimismo ético lleva en sí al terrorismo.

                                                                                                                                                                       Eugen Drewermann

 

En una religión, como en todo sistema vivo, se encontrará un polo Yang y un polo Yin. El polo Yang es su polo institucional, exterior, exotérico. Es la parte visible, brillante, de la religión. Su papel es proponer, promover una moral, es decir un código de vida (en común o individual). Nos dice lo que está bien y lo que está mal; nos invita a, nos prescribe escoger hacer el bien. Se apoya en textos, considerados sagrados, como mensajes divinos.

 

El polo Yin es su polo místico, interior, esotérico. Es la parte discreta, escondida, clausurada, poco conocida, de la religión. Su papel es permitir la divinización del ser humano, su transformación en « Hombre de Luz ». Esto supone una alquimia, una transmutación en « oro » del « plomo » de la personalidad (la violencia intrínseca, las pulsiones naturales, las patologías…). Esta transformación supone la iluminación de las profundidades del ser y, por tanto, la exploración del inconsciente pero también la acogida benevolente de ese « plomo », la aceptación de esas realidades profundas y oscuras, la « Sombra », no para disfrutar de ella como lo hacen los perversos, sino para poder operar la transmutación. Esta es la vía de las profundidades, Yin.

 

Un sistema religioso en equilibrio conduce a sus fieles en las barreras de la moral a la realización de su propia Esencia Divina. Esta realización es el fruto de una transformación real y no de una simple imitación. Un sistema religioso de este tipo, eficaz, justifica así su razón de ser.

 

Un sistema religioso en desequilibrio YANG/yin (y ninguno de los que conocemos se escapa a este desequilibrio) insiste de manera exclusiva en la moral. Dice « la » verdad. Esta moral ya no se propone, se impone como un yugo. Es « el inmenso esfuerzo moral » con el cual los fieles deben comprometerse, es el Orden Moral. Hace un amplio uso de lapalabra, a veces de la vociferación, hasta la injuria, hasta la fatwa[1]. Se hace referencia permanente a los textos sagrados, los cuales son interpretados superficialmente, al pie de la letra, mientras su sentido profundo (Yin) escapa a la mayoría de los fieles. Un sistema religioso hemipléjico Yin recurre muy fácilmente a la eliminación para arreglar sus problemas (excomunión, fatwa, guerras de religión…). Tal sistema religioso siempre ve su polo institucional, encerrado en sus barreras dogmáticas, perseguir los místicos y los liberados. Este sistema religioso es pagano sin saberlo. Sólo se justifica si el pueblo piensa tener necesidad de verdugos.

 

El fundamentalismo es la expresión de un exceso de Yang en un sistema religioso. Entre más desequilibrada está una religión, más violento se hace el fundamentalismo. Lo que hay que tratar no es el fundamentalismo, que tan sólo es un síntoma, sino el desequilibrio que es la causa y en este desequilibrio, su polo no funcional, el Yin.

 

Un sistema religioso en déficit de Yin será incapaz de transformar cualquier cosa. Pierde toda operatividad alquímica. Ya no está en condiciones de encontrar y acoger « la Sombra », su moral se lo prohíbe. Ya no sabe proyectar la luz en sus propias profundidades, tiene miedo. Ya no es capaz de transmutar esta Sombra en Luz. Ni en los individuos, ni en la colectividad. Ya no puede arreglar sus problemas mediante la transformación interna, por lo cual considera eliminar sus « enemigos » exteriores. Es por esto que en Colombia, de la manera aparentemente más paradójica, coexisten tanta religiosidad y tanta criminalidad. Por este motivo los musulmanes moderados son incapaces de controlar las facciones islamistas que practican el terrorismo, la eliminación en masa y que desfiguran y deshonran el mensaje de paz y de evolución del Islam auténtico. 

 

Un sistema religioso en desequilibrio se siente frágil. Entonces, va a tener tendencia a replegarse sobre sus elementos fuertes, apoyarse en lo que parece fuerte en él. Al hacer esto, sin saberlo, estos sistemas religiosos, desde siempre, se refugian en los brazos de sus verdugos. Al creer salir de sus problemas, los agravan. Los fundamentalistas son débiles (si no lo fueran, no utilizarán jamás las armas ni la violencia) pero parecen fuertes, y, por esto, no hay crisis de reclutamiento en los grupos religiosos fundamentalistas mientras que sí la hay en los grupos moderados. En el contexto de inseguridad planetaria en la que el futuro es cada vez más incierto, mientras que un cardenal brasileño, cercano al pueblo, era percibido por varios cristianos como una opción válida y deseable para ser el nuevo papa, la elección de los cardenales se hizo en la cima de la jerarquía; según ellos, para proteger a la Iglesia y hacerla evolucionar y transformarse, el nuevo papa tenía que ser de línea muy conservadora, patriarcal, Yang. Al elegirlo, los cardenales agravaron el desequilibrio de la Iglesia y su fragilidad.

 

Las reacciones de ciertos sectores de la Iglesia con la aparición del libro de Dan Brown y luego de la película « El Código Da Vinci » son ejemplares en este punto. Se podría dar de este asunto la siguiente interpretación: por vías conocidas sólo por Él, Dios quiso poner a « Su » Iglesia ante un cuestionamiento: “¿Qué has hecho de tu Femenino Sagrado, de tu Yin? ¿Por qué presentas a María Magdalena como una prostituta, si es posible que haya sido una hija de rey y compañera de Jesús? ¿Por qué persistes en tu desequilibrio patriarcal, cuando el mundo tiene tanta necesidad de equilibrio, mientras que otros sectores de la sociedad se despiertan?” Y hemos escuchado a los censores hemipléjicos sublevarse y exigir la prohibición y la eliminación de ese libro, cuando, justamente, de manera disfrazada, este indicaba una vía de salvación. La falta de Yin siempre conduce a la falta de comprensión y al fanatismo.

 

Todos los sistemas religiosos son disfuncionales, todos tienen una necesidad imperativa de transformación. Quienes quieran sobrevivir estarán obligados a favorecer el despertar de La Bella en ellos, permitir el retorno y la revalorización de la mística. Todos deberán orientar sus mensajes hacia la experiencia directa y transformadora de lo sagrado y de la unidad, más que sobre su evocación indirecta a través de los textos, los discursos de sus sacerdotes y las declaraciones oficiales de sus papas.

 

[1] Una fatwa o fetfa o fetva (árabe: فتوى [fatwā], aviso jurídico, en plural: fatāwa) es, en el Islam, un aviso jurídico dado por un especialista de la ley religiosa sobre una cuestión particular… Contrariamente a la opinión difundida, una fatwa no es obligatoriamente una condenación… En occidente, sin embargo, el termino fatwa est regularmente mal entendido o asimilado (reducido) a ciertos de sus aspectos los mas violentos…  Fatwa, http://fr.wikipedia.org/w/index.php?title=Fatwa&oldid=18623140 (Page consultée le 8 juillet 2007).