Jueves, 22 Junio 2017 01:59

LA CORONACION DE LA OBRA

Lo que la oruga llama el fin del mundo,

el Maestro lo llama mariposa.

 

Richard Bach

 

 

No estamos en la Edad del Hierro, estamos al final de la Edad del Hierro. Nuestra civilización no es más que una acumulación de problemas. Ya nada funciona. Ante estos problemas, no aparece ninguna solución real. El capullo se quiebra. Está condenado a morir.

 

La humanidad solo tiene dos soluciones: transformarse o eliminarse a sí misma. Metamorfosis o destrucción.

 

Lo que está sucediendo en el planeta es el nacimiento de su Edad de Oro. Cuando una mujer está dando a luz, nada más existe. Toda la vida diaria se detiene, toda su atención se centra, sea cual sea el dolor, en una sola meta: dar a luz. Y el niño tiene un solo objetivo: la Luz.

 

Para la humanidad pasa lo mismo hoy. Dolores, pero solo un objetivo: entrar en la Luz.

 


Fin de la dualidad desequilibrada, surgimiento de la Unidad

 

Nuestra civilización está marcada por dos elementos: escasez de energía y desequilibrio. Una sociedad patriarcal es anormal, desequilibrada, violenta, abusiva, corrupta, confundida, injusta, agresiva con la naturaleza, con la mujer, el niño, el anciano, el indígena, el pequeño campesinado ...

 

La Bestia está ahí. El Dragón causa estragos. Y todos tenemos que responder la misma pregunta: ¿cómo deshacerse de esta Bestia? Pero todos estamos equivocados si enfocamos la atención en ella.

 

Porque la realidad es que el problema es la ausencia de la Bella, el sueño de la Bella. En otras palabras, el problema de la humanidad no es el exceso de su fuerza Yang (masculina) sino la ausencia de su fuerza Yin (femenina). Tendremos que entender algún día que el problema proviene del ausente, del dormido. Con arena seca no se hace un castillo. La arena seca no tiene responsabilidad por el colapso del castillo. El agua es la causa, o más bien su ausencia.

 

Luchar contra una Bestia, intentar eliminarla: 1. Es una tontería, ya que el problema está del lado de la Bella. 2. No es muy divertido 3. ¡Es inútil y contraproducente! Además de patinar en el vacío, la situación empeora.

 

Despertar a la Bella: 1. Lo que debemos hacer. 2. Es apasionante 3. ¡Es eficaz!

 

Es la hora del despertar de la Bella. Del despertar de esta fuerza que todos carecemos, mujeres y hombres, en una sociedad patriarcal, la Fuerza Femenina. Además, ahora es cuestión para muchos de nosotros que hemos hecho el trabajo, que hemos seguido todos los pasos, de terminar de despertar la Bella. Para hacer que esta fuerza sea solar, permanente, radiante, eficiente. Se entenderá que ya no se trata de librar una guerra contra la Bestia, que ya no se trata de buscar culpables en los demás y, al hacerlo, de perder energía. Necesitamos despertar la Bella y aumentar la energía, subir en energía.


Aquí hay dos aclaraciones importantes:

 

La primera: la Bella durmiente se convierte en una Princesa bien despierta. La Fuerza Femenina se vuelve poderosa, encuentra su autoridad, manifiesta su efectividad. La Fuerza Femenina es una fuerza no violenta que procede por influencia (y esta influencia puede ser y debe volverse muy fuerte) a la transformación del adversario (lo que sea que se ponga bajo este término) y de la situación. A medida que la Fuerza Yin crece y alcanza su pico, la Fuerza Yang disminuye y la Bestia (todo el mundo lo sabe, ¿no?), al final, se convierte en un Príncipe. La fuerza masculina se normaliza. Y todos también saben que en ese momento “el Príncipe y la Princesa se casaron y tuvieron muchos hijos”. Lo que se evoca aquí es el proceso de fusión, conocido como fusión mística o fusión alquímica o fusión atómica de los dos polos de la dualidad en la Realidad de la Unidad. Es un evento energético mayor (muchos hijos, = mucha energía, luz, calor y fuerza). Este evento energético nos concierne a todos. Si ocurre este evento, nuestros hijos, la humanidad, tienen un futuro brillante. Si no tenemos éxito en esta fusión, desaparecemos. La fusión conduce a la metamorfosis. La fusión nos permite salir de un mundo donde solo hay problemas y no hay soluciones y entrar en un mundo donde hay más soluciones que problemas (una gran parte de los problemas son problemas falsos, estos desaparecen como la oscuridad o las luces falsas desaparecen cuando se prende la Verdadera Luz; los otros problemas, los reales, en esta Luz, encuentran su solución). Lo llamamos una Edad de Oro. Es tan fácil para nosotros imaginar un tal mundo como lo es para alguien en el fondo de un pozo imaginarse lo que se ve fuera de este, o para una oruga imaginarse lo que la mariposa ve en su vuelo. Tratemos de imaginar lo inimaginable y lo maravilloso hacia el cual nos dirigimos. No permitamos que nuestras mentes limiten constantemente la visión de nuestro futuro. El velo de la mente está a punto de romperse.

 

La segunda aclaración es que, si el despertar de la Bella, de la Fuerza Yin en nosotros, es gradual (0; 0.1; 0.2… 0.9; 1.) (Lo sentimos, gradualmente, a medida que avanzamos en la Obra), la transformación de la Bestia en Príncipe es binaria (0,0,0,0,0,0,0,0, y finalmente 1). Es decir que la transformación se lleva a cabo solo al final de la Obra. Es esta realidad binaria de la metamorfosis la que da a todos los procesos de transformación su carácter exasperante y desesperante. Escuchamos muy a menudo: "¡Trabajé muy duro en mi transformación, y todavía estoy allí!” A esto respondemos: “¿Alguna vez has visto volar una crisálida? ¡Termina la Obra! Y no mires del lado de la Bestia, estás perdiendo tu tiempo y tu energía. Más bien termina, en silencio y con OM, de despertar la Bella. Ganarás energía y eternidad.”

 

 

Ilustraciones

 

La Bella y la Bestia

 

Todas las representaciones cinematográficas de la historia de La Bella y la Bestia aportan elementos de conocimiento, pero la última, la de Walt Disney, lanzada en 2017 con Emma Watson como la Bella, es la más rica en símbolos. El director ha enriquecido muy bien la historia, aunque sea si la comparamos con la versión de dibujos animados. ¿Qué encontramos allí?

 

Primero, obviamente es un proceso de transformación. El príncipe malvado que no escucha las llamadas de su ser y las rechaza, recibe una maldición que lo convierte en una bestia. La humanidad que no escucha las llamadas profundas de su verdadero ser, recibe una lección: un hechizo. Su fuerza Yin está dormida (Observe en qué estado está el chakra del corazón de los seres humanos). Todo lo que le queda para funcionar es su exceso de fuerza masculina, y por lo tanto un gran desequilibrio, este desequilibrio patriarcal del que sufrimos, la Edad de Hierro. Debe recordarse constantemente que la fuerza masculina no es en sí misma buena o mala, es lo que es, una fuerza de eliminación. Lo problemático es solo su exceso. La humanidad sin fuerza femenina ya no puede transformarse y, por ejemplo, adaptarse a la naturaleza, sin embargo, tiene todo para eliminarse.

 

En su "desgracia", el príncipe malvado transformado en una Bestia se beneficia de una gran oportunidad: la posibilidad de recibir la ayuda de una Bella. Sigue un proceso que culmina en un retorno a la normalidad. La humanidad tiene esta misma oportunidad. Parece que, como la Bestia, torpemente pero poco a poco, la recibe y se transforma.

 

En razón del maleficio, el príncipe se reduce a la Bestia, pero el personal del castillo, es decir todos estos individuos que somos se transforman en objetos, más o menos vivos, pero objetos (hemos creado una civilización de objetos cada vez más numerosos combinados con la fascinación por el Tener). Del mismo modo, el castillo, es decir el mundo, está entrando en un proceso de desmoronamiento que está empeorando cada vez más. Y el contexto, el entorno del castillo, es el de un invierno permanente hecho de frío, oscuridad, peligros, impenetrabilidad y aislamiento. Así se evocan la confusión, la impotencia, el estado de victima en el cual esta hundida la humanidad, la crueldad, las guerras interminables, las religiones pervertidas ... que son lo cotidiano de la humanidad.

 

La Bella entra en juego y gradualmente toma posesión de su papel hacia la Bestia. El proceso continúa y pasa por todos los ataques de Gastón y de todos los ciudadanos a los que él logra engañar para enviarlos a atacar la Bestia. Aquí está representada la mente humana, el intelecto que también está muy orgulloso de sí mismo. Es importante que veamos que nuestro principal adversario es nuestra mente no en sí misma, sino en su exceso. La mente es un muy buen servidor, pero un muy mal amo. La mente es como una luna, refleja. Refleja una luz que viene de otro lado, se la apropia, vende la idea de que ella sabe, que ella es la referencia. Esta es la historia de Lucifer que quiere ser más hermoso que Cristo. "El intelecto luciferino ha usurpado el trono del espíritu creador[1]". Hablamos del claro de luna, pero la luna no tiene claro, es un astro muerto. Deberíamos estar hablando del claro del sol en la luna. De la misma manera, deberíamos hablar del claro del Ser en la mente. Sin la Energía intrínseca de la Vida, la mente no sería más que un caparazón vacío e inerte.

 

La mente nos vende todo tipo de ideas, generalmente de fracaso. Siempre debemos discernir de dónde vienen las ideas que nos pasan por la mente, no todas vienen de nosotros, ni mucho menos. Al igual que para salir del agua, tenemos que apoyarnos en algo que no sea agua (tierra firme, un pontón, un bote), para salir de la mente tenemos que apoyarnos en algo más fuerte que las ideas. Este es el papel de los mantras, en particular del Mantra Universal, OM. La mente nos proyecta permanentemente en otro lugar en el espacio y el tiempo (hacia el pasado y el futuro que no existen). OM, una realidad sensible, nos permite frustrar todas las trampas de la mente y nos devuelve a nuestra sensibilidad, aquí y ahora, a la realidad.

 

El proceso de transformación pasa por la muerte de la vieja envoltura porque, cualesquiera que sean el valor y la profundidad de la transformación de la Bestia, su envoltura carnal no le permite unirse con la Bella. Aquí se hace referencia a esta muerte iniciática que acompaña el proceso, una muerte que no es la del príncipe sino la de su envoltura, su capullo. "Si el grano de trigo que cae sobre la tierra no muere, queda solo. Pero si muere, da mucha fruta.[2] " ¿No podría ser precisamente esta muerte de una vieja envoltura lo que la humanidad está experimentando? El capullo se quiebra por todas partes. En el mismo orden de ideas, ¿de qué renace el Fénix? De sus cenizas. La transformación de la Bestia es binaria, solo ocurre realmente al final, cuando todo está perdido, cuando todo es cenizas.

 

En esta película, la fusión está representada por la enorme liberación de energía que tiene lugar después de que la maga rompió la campana de cristal que encerraba la rosa del hechizo. Esta energía, más que obvia evocación de la Kundalini, fuerza mayor de transformación, comienza con la metamorfosis del Príncipe, continúa con un amanecer rápido, una primavera inmediata, el remoronamiento (nos toca inventar nuevas palabras) del castillo y termina con la transformación de todos los miembros del personal del castillo que recuperan su condición edénica y terminan todos unidos en una fraternidad bella y conmovedora. Estamos en el momento en que todo se apaga en el castillo, donde todo se detiene, en la desolación de la muerte. Hasta Lumière, el encantador candelabro, se apaga. Por lo tanto, podemos prever el regreso de la vida, la curación, la fraternidad y el “desplazamiento de todo tipo de montañas”.

 

¿Y qué hay de una película cuyo personaje principal no aparece ni siquiera tres minutos? Y cuando aparece, aparece oculto. ¿Quién es el personaje principal de esta película? Pocos espectadores lo identifican. Es la maga, Agatha. Ella es quien dirige todo el baile de principio a fin. Y nadie la detecta. Es el genio del cuento.

 

 

La liebre y la tortuga

 

¿Quién gana la carrera? Todos lo sabemos: la tortuga. Es cierto que la liebre, que está hiperdotada en términos de velocidad, tiene algo más que hacer que lidiar con esta carrera. Ella está muy distraída. Tiene que jugar a las cartas, tiene que hacer y hacer muchas cosas, le apasionan sus especulaciones, etc. Pero lo que no sabemos es qué le sucede a la tortuga una vez que gana. ¿Qué le sucede a la tortuga cuando gana?

 

Ni Esopo ni Lafontaine nos dieron detalles sobre el caso. Quizás no podían arriesgarse a decirlo en su época. ¡Bueno, la tortuga se convierte en un águila!

 

Se acordará que, si las bestias pueden convertirse en príncipes, hay razones para que las tortugas se conviertan en águilas. Hay igualmente razones para que los humanos podamos convertirnos en seres de Luz. Esto se llama la liberación espiritual.

 

Imaginarán fácilmente, por un lado, el cambio de ángulo de visión (vistos desde arriba, todos los problemas parecen insignificantes y se manejan fácilmente, mientras que son insolubles abajo) y, por otro lado, el cambio radical en la relación de fuerza (ya no es la liebre la que domina y amenaza de voltear a la tortuga en cualquier momento, es el águila que tiene el ojo puesto y lo controla todo). Está claro que, si una liebre se comporta mal, podría terminar mal. Si entendiera que tiene que transformarse, seguramente se le dará una oportunidad.

 

 

Harry Potter

 

Harry Potter es el único libro que ha logrado sacar a los niños de la televisión. Son sus primeras cartas de nobleza, pero hay otras. Esta historia, que nos llegó a través de una imaginación increíble, revela nuestro inconsciente colectivo y los diferentes procesos y luchas que tienen lugar allí. Muestra el nacimiento, la vida y el trabajo de un ser excepcional. Muestra el surgimiento de la magia en nuestras vidas. Una Iglesia patriarcal que venera a los Reyes Magos pero que, por ser patriarcal, ha perdido toda su magia, toda capacidad de transformarse, transformar a sus propios sacerdotes y participar en la transformación de la humanidad, ve mal la aparición de este fenómeno de Harry Potter. Pero ya no es el tiempo de la hoguera. Ahora es el momento de respetar todas estas formas de conocimiento ocultas y reprimidas. Cuando el lenguaje racional y lógico es el que nos permite explicar, el lenguaje simbólico y analógico es el que nos permite comprender. Es hora de comprender lo que nos está sucediendo. Las alegorías como la de Harry Potter son muy útiles en este sentido.

 

La saga de Harry Potter es la historia de todas las batallas internas que conducen a la victoria sobre Voldemort (léase, entre otras cosas: la mente). Su varita mágica es su fuerza femenina de transformación (a Voldemort, le gustaría eliminar todo). A través de todas las pruebas que le esperan, después de muchas batallas, en particular la última batalla, se restaura la armonía perfecta (o sea: la Edad de Oro de la humanidad). Durante estos siete años de entrenamiento, pasará por las pruebas más difíciles con la ayuda y protección del profesor Dumbledore. De ahí, él y sus amigos saldrán magos. La victoria solo es posible porque es colectiva; Harry no está solo, está rodeado por un magnífico equipo. La fuerza femenina debe despertarse en cada uno y en todos. Este despertar es progresivo, la victoria es final. La última pelea parece perdida, pero gracias a una sacudida final, se gana la victoria.

 

¿Cómo no ver aquí una representación de lo que le está sucediendo a la humanidad en este momento? Estamos en una lucha para sacar la Luz en esta humanidad. Quien dice combate dice mucho esfuerzo.

 


Metamorfosis

 

Jean Guitton, en un texto que llamó: "Dar la cara", dijo: ««Yo creo que, en el momento presente, para ayudar a la humanidad, se necesita que cada disciplina acepte hacer frente a la Verdad. Más que nunca, los problemas supremos son los que se van a plantear a los hombres: Guerra, Sida, Educación, Familia… Nos acercamos a ciegas (la [mirada] hacia el pasado, por temor de fijar el futuro) a un periodo nuevo en la historia, en el cual los problemas supremos (que las generaciones precedentes podían dejar en la sombra) se plantearán por necesidad…»

«Habrá que escoger entre el Todo y la nada, entre el Ser y la nada, el Misterio y lo absurdo. Las soluciones intermedias (a las cuales nuestros padres se apegaron tanto) ya no serán más posibles. Seremos sabios por necesidad.»

«¿Esto quiere decir que tenemos que sentir miedo y desesperarnos? ¿No será, al contrario, el momento de sobre-esperar? La ley más profunda de la Evolución podría resumirse así: en la historia inmensa de las especies vivas, cuando la catástrofe está próxima, se produce una metamorfosis. Así la Evolución continúa su trabajo, al concentrarse en puntos privilegiados. Así, los tiempos en los que se podría desesperar al ver los signos de la decadencia son los anuncios de un resurgimiento. Además, el nuevo equilibrio es más alto que el antiguo. Después del homo faber, creo que veremos aparecer al homo misticus (era el pensamiento de Malraux cuando decía: «El siglo XXI será místico o no será[3]»). »

 

 

Fascinación

 

A todos nos pasó después de una siesta, o temprano en la mañana, ver un rayo de sol a través de una rendija en la cortina. Y en este rayo flotan pequeños polvos. Observamos los movimientos, si soplamos los vemos moverse. Todos pasamos tiempo en esto. Y estamos cautivados por el polvo, cuando es la luz que deberíamos mirar.

 

Oímos un ruido. Escuchemos el silencio del que proviene.

 

Nuestra mente nos fascina y quedamos atrapados en su polvo, nuestras ideas, nuestros pensamientos, nuestras ideologías, nuestras confesiones religiosas, nuestros ruidos, nuestras sombras. Y olvidamos mirar la Luz. Y olvidamos escuchar el Silencio.

 

El mundo del polvo parece estar en gran dificultad. Es que la Luz regresa, es el Amanecer.

 

 

Todos al combate, pero ¿cuál? ¿cómo?

 

Nuestra lucha: la transformación, la transmutación, la metamorfosis.

 

En el momento del parto solo hay un objetivo, la luz. Para nosotros solo hay un objetivo: terminar de despertar la Bella. Es esto, como hemos visto, lo que condiciona la metamorfosis de la bestia en un Príncipe.

 

La Edad de Hierro está abajo, en la oscuridad de la confusión y de la impotencia, la Edad de Oro está arriba. Tenemos que subir y subir. Necesitamos subir en energía, en fuerza femenina. Tenemos que ser herméticos, ya no podemos perder energía. El tiempo ya no es para distracción, reacción, molestia, indignación, es inútil, estéril y desperdicia nuestra energía. Ya no es el momento de culpar a la Bestia por ser una Bestia. Eso es todo lo que puede ser y es todo lo que hay al final de la Edad del Hierro. ¡Por supuesto que hay bestias! ¡Oh sí! Pero ese no es el problema. El problema es el sueño de la Bella, nuestra fuerza femenina atada, bridada. Es hora, para muchos de nosotros, de hacer estallar la última brida.

 

Por supuesto, en esta Tierra hay muchos que pecan por acción. Pero seamos claros: hay muchos más que pecan por omisión. Y de los dos "pecados", es muy posible que sea por omisión el más grave porque es el más extendido. Y a menudo es este el que abre la puerta al otro. "Presiento que el olvido no bastará el día de la espada"[4]. No digamos que olvidamos hacer el trabajo.

 

¿Cuál trabajo?

 

En la Naturaleza no hay contenedores de basura. La Naturaleza sabe transformar. La humanidad, ella, no transforma nada, ella acumula sus desechos. Su Fuerza (Yin, femenina) de transformación está dormida. Sin embargo, es por transformación que podremos y que debemos deshacernos de los plásticos, de la basuras, de los desechos radioactivos, de las contaminaciones, y de los terroristas y desequilibrados de todo tipo, del dolor del pasado, del resentimiento... ¡Por transformación!  ¿En dónde encontramos esta Fuerza? – Muy cerca: en el centro de nosotros mismos. ¿Como la podemos despertar?  - Yendo al centro de nosotros mismos, al contacto con nuestro Maestro Interior (es el beso del Príncipe). - ¿Como?  - Repitiendo el Mantra Universal OM.

 

 

EL MANTRA / la mente.

 

El OM de forma permanente, OM como Fuerza superior (superior a todo pensamiento, a todo karma), OM como Luz, como Guía (OM es el hilo de Ariadna que nos permite salir del laberinto de la mente), OM que nos ha guiado desde el principio y durante años y ahora nos muestra la salida, OM como Unidad, lo que nos permite extraernos de la tensión y la división de la dualidad y nos lleva a reintegrar nuestra Unidad, nuestra Esencia Divina, OM como factor de conjunción (al igual que el agua en la arena), en el momento en que todos los humanos se ven obligados a unirse, OM como el antídoto absoluto contra la maldición que puso a dormir nuestra Fuerza de Transformación Femenina, OM como medio de ascenso hacia nuestras cimas, OM que nos recarga, nos vigoriza, nos hace crecer en energía y nos abre nuevos horizontes.

 

Repitamos el OM constantemente, al mismo tiempo que nuestras actividades diarias, pero también en momentos privilegiados, al menos treinta minutos al día donde nos dedicamos exclusivamente a la concentración en el Mantra. Repitámoslo también todos juntos durante las meditaciones colectivas. Nos corresponde generar juntos una Columna de Luz que nos eleve y nos libere por arriba de nuestra condición actual muy limitada.

 

Si, estamos sometidos a numerosas distracciones, pero están en la periferia de nosotros, no son nosotros. En el centro de nosotros mismos está nuestro Ser y el OM. La invitación es resistirnos permanentemente a la distracción focalizándonos en el sonido OM. Al momento del parto, uno no mira hacia el fondo del útero, hacia el pasado, tampoco por los lados. Un solo objetivo, la Luz. Un gran medio: repetir OM a cada instante.

 

 

Transformación en lugar de eliminación.

 

El mundo es lo que es. No está en buen estado. Es violento, injusto ... Pero así es como se nos presenta. Y este mundo, tal como es, no se eliminará, se transformará. Por lo tanto, siempre seamos conscientes de que la herramienta del OM nos hace magos. Esta fuerza mágica de transformación es suprema. Apliquemos la Fuerza de OM a la transformación de todo lo que se nos presenta, en nuestra vida interior como en nuestras vidas exteriores, en la familia, en los negocios, en las calamidades. Todo puede y debe ser transformado. Y todos veremos cómo la transformación está teniendo lugar, tanto dentro como fuera de nosotros mismos, cómo la crisálida termina su metamorfosis y cómo vuela la mariposa. De las cenizas de la Edad del Hierro emerge la Edad de Oro.

 

 

                                                                                                                                                                                                                                                                                               Dr. Xavier ETIENNE

                                                                                                                   www.lematriotisme.com

 

 

 

 

 

 

OM OM OM OM OM OM OM OM OM

 

 

[1] Etienne Perrot in, Jung (Carl Gustav) 1875-1961. Encyclopoedia Universalis, 2002.

 

[2] Juan 12,24

[3] Extracto del manuscrito de una conferencia dada por Jean Guitton el 15 de enero de 1988 en la sesión solemne de la Sociedad Médica de los Hospitales y publicado en la revista de la SMH.

Hay que precisar que André Malraux no decía «religioso» sino « místico ». Si el siglo XXI debiera ser religioso, esto no cambiaría en nada la situación actual. Los siglos anteriores ya eran religiosos y es en nombre de Dios que los hombres se lanzaron a guerras muy crueles. Lo que el siglo XXI debe ver aparecer es el homo misticus.

[4] Esquizitofrenia, Luis Enrique MEJIA.

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